martes, 22 de abril de 2014

PROCESO LDDP (I)

Ayer me di cuenta de que pronosticado el segundo capítulo ("Caridad") en 20 páginas, me ha terminado demandando 22, exactamente las mismas que el primero ("Fe"). Y es que aunque retuerzo el tiempo a mi antojo, hay veces que ciertas escenas necesitan o te piden por si mismas su espacio. Estoy generoso y se lo he dado, y al final creo que van a ser 22 por capítulo, con lo que las páginas pronosticadas empiezan a superar las 80. Dentro de dos páginas, me quedaran solo 30. Las que llevo desde que retome la historia sin contar las 21 anteriores. En fin, esa página de más se cuela entre dos que ya tenía terminadas, y por mostrar algo, ahí va una imagen de esta última secuencia del capítulo que termina... Aunque en realidad aun me quedan dos páginas, y entraremos de lleno en el mundo de Esperanza, de momento y hasta la fecha , el personaje más hermético de las tres chicas. ¡Que ganas!


viernes, 18 de abril de 2014

ASÍ LUCEN LAS DAMAS.

A modo de promoción, sondeo o que se yo, aquí dejo unas cuantas imágenes mezcladas de las últimas páginas que he ido terminando. Al principio estaba quedando mas que contento, sobre todo al trabajar en rejilla de 6 viñetas en formato folio. Pero ahora... Igual podría sacarle mas partido al dibujo... Si no fuese porque decidí en su momento que ese era su tamaño y formato. Un "Entretelas" de aspecto algo mas realista. A lo mejor así poco a poco, aprendo a dibujar realista para labrarme un futuro como dibujante. Esta claro que con mi estilo de siempre, no voy a ninguna parte... ¡A ver que sale!
No obstante, lo que es el ritmo y el tempo y el tono de la historia, está por fin en mis jodidas manos, lo que no quiere decir que sea algo bueno... Necesitamos opinión externa ya. Por otra parte, al atisbar por fín la cuesta abajo del repecho superado dias atrás de la mitad del libro, me ha hecho recuperar el control. Parcialmente. ¡Menos es nada!


LAS DAMAS ME RESPETAN.

Ha pasado la extrema agitación de estos días atrás, así que parece  que sirvió volcarlo en un texto. O quizás es que he franqueado la página 45, que es la que quería franquear para garantizar el segundo pago del premio. No ha servido de nada, porque el ayuntamiento de Palma, no se fía de mi, y no pagará hasta que termine. Como sea, creo que me he tranquilizado estando en la página 46. Y aunque mi salud me lo agradecerá, no se si eso puede afectar al resultado de las páginas. ¡Un Ruben relajado y no  mayoritariamente alterado dibujandolas...! Empiezo a creer que las nuevas, las que nacen de la tranquilidad, son sosas. ¡Ja ja ja! No miento... Así funciona mi mermado cerebro. Aunque eso probablemente tenga mucho más que ver con la flipada que llevo en lo alto con el descubrimiento de "El Marqués de Anaon". La calidad de la serie en general y del dibujo en particular, me hace sonrojar cuando me enfrento a mis páginas. Pero hay que seguir. Son dos tipos de relatos muy distintos, pero creo que voy a soñar en como quedaría "Las Damas de la Peste" si las dibujara Bonhomme...!

lunes, 14 de abril de 2014

OBSESIÓN POR LAS DAMAS.



De nuevo ando metido en un fortísima corriente. Hiperconectado a una historia. Que es como decir a no sé qué. Otra vez me he metido en una historia que me absorbe, de un modo que decidí un tiempo atrás, que no me traía cuenta meterme. Esta vez me está arrastrando más y más adentro. Con Entretelas" y "La sombra del Águila" ya me ocurrió, en progresión ascendente. Superados ambos, las secuelas fueron físicas y localizadas en el sistema nervioso central. Pero esta vez creo que es mi cabeza la que zozobra. No se si es que sencillamente tengo una personalidad obsesiva y nunca supe darme cuenta, pero de no ser así, este tipo de trabajos me están formando ampliamente en ella. Haga lo que haga durante el tiempo que no escribo ni dibujo, tengo a las tres chicas protagonistas corriendo por mi mente, susurrándome cosas que no debo olvidar, ilustrándome imágenes que deben protagonizar. El esquema se mueve sinuoso como una serpiente, haciendo hueco a cosas nuevas y dejando otras atrás. Pero siempre serpenteando entre los pliegues de mi cerebro. Siempre en movimiento. No se si son las circunstancias que me rodean lo que ayuda a que me abstraiga de tal modo, o el trabajo en sí. Yo no quería hacer esta obra, la verdad. Yo quería ser coherente, y cuidarme yo como había decidido. Como estaba haciendo. Dejar un tiempo estas historias y hacer trabajos de dibujante, viajar, en suma no implicarme. Sobre todo cuando las circunstancias invitan a que te obsesiones en sacarlo adelante... Poco tiempo, una obra personalísima, (en este caso de Javi y mía), una cantidad de material acojonante y a veces incompatible, poca previsión de pasta, muchas páginas, prisa, y un esquema que te manda. El asunto es que al final algo me volvió a hacer caer en lo que no quería... Tan patético como ese cliché del ladrón que recien retirado, recibe la invitación de realizar el golpe de su vida. Con un final igualmente predecible en ambos casos... Y pese a ese posible y poco lucido final, mi negativa, y todo lo demás, estoy de nuevo en toda la salsa. Pero si escribo esto, no es por quejarme, aunque lo parezca. Es por organizarme. Precisamente porque esta vez soy consciente de su insalubridad. Del tremendo vicio que me da, de la adicción, del placer y el enganche total que me genera este trabajo. Del mono a seguir trabajando, que no se lleva ni el agotamiento. Busco trucos absurdos, como darles la vuelta a las páginas y a los esquemas cuando termino cada día. Ponerlos boca abajo, como si los pusiese a dormir. Una pequeña tontería. Pero las hormonas de mi cuerpo han encontrado una salida a la presión, que a la larga podría ser peor si se descontrola, y que ahora me resulta absurdamente útil. Reacciona a esta continua conexión mental y emocional con la historia, saliendo en dirección opuesta, buscando una manera de desconectar igual de compulsiva, y diametralmente opuesta en frivolidad. Salir. Y así, cuando salgo de un concierto, de un bar musical, o una discoteca, soy consciente de que he conseguido olvidar el tema, precisamente porque vuelve a asaltarme camino de casa. Y vuelvo a parecer un cliché, como ese escritor atormentado con su novela, (en ese caso, bloqueado) que no para de beber y hacer el memo para evadirse o compadecerse. Espero que abordar el tema así me ayude a relativizarlo y me obligue a salir de este estado de abuso de mí mismo, en que no soy del todo yo. De intentar dormir con la historia dándote vueltas. De esa súbita e imperiosa necesidad de salir para conseguir desconectar, buscando compinches y apurando la noche. Al final, ambas tendencias agotan y descontrolan, y no pueden durar. Pero el hecho es que las cabezadas son cortas y las noches inquietas por unas cosas u otras. De ahí que esté dándole a la tecla a las 3 de la mañana de hoy. He pensado que si lo escribo, si lo comparto, me servirá de algo. Ya veremos. Si funciona, si consigo equilibrarlo por fín, quizas debería contar cosas más técnicas, menos inquietantes y de más interés para cualquiera que entre en este blog que a fin de cuentas, es de dibujante, y no de escritor atormentado. En cualquier caso, me comprometí conmigo mismo en terminar la obra en dos meses. Menos mal.